martes, octubre 05, 2004

Discografía Básica de Hermeto Pascoal

Sacralidad sin Hermetismo

"Yo creo que la música puede curar, por eso digo que es sagrada. Escuchar una buena música con atención es lo mismo que rezar" H.P.

Hermeto Pascoal, fotografía de tapa de Slaves MassA mediados de los ´70, cuando ya contaba con cuarenta años de edad, más de quince de carrera y un prestigio internacional creciente, Hermeto Pascoal aún seguía siendo un músico ignorado y casi desconocido en su país y en el resto de latinoamérica.

Al inicio de esa década había viajado a los EE.UU y tocado en los grupos de Cannonball Adderley y Miles Davis, grabando para este último el álbum doble Live-Evil, en el que también participaron Herbie Hancock, Jack DeJohnette, John McLaughlin y Keith Jarrett. Casi nada.

De vuelta en Brasil y a pesar de los galardones obtenidos, su música seguía siendo un enigma indescifrable para las compañias y un desafío para los rígidos criterios de producción que reinaban por el sur en aquel tiempo. Como resultado de este desencuentro, Hermeto Pascoal, uno de los artistas más creativos y originales del planeta, tenía sólo dos discos editados. Ninguno lo representaba integralmente.

En 1977, sus amigos Flora Purim y Airto Moreira —este último viejo compañero suyo en el Quarteto Novo— le produjeron un disco en California. Slaves Mass, el célebre álbum de los cerdos, fue el resultado de esas sesiones y uno de sus temas, Tacho, se convirtió en suceso de inmediato.

Pero a él no le gustaban los norteamericanos y mucho menos vivir entre ellos: "A mí nunca me compró el dinero —dijo— Me fui de los Estados Unidos porque no quería oir hablar más de que todo se compra con dólares". Hermeto quería hacer su música en su tierra, asumiendo pacientemente todas las dificultades y contradicciones implícitas en esta elección.

Un par de buenos discos para WEA le permitieron arribar con dignidad a los ´80. Durante esos años, las producciones independientes comenzaron a afianzarse y Hermeto encontró, finalmente, la sensibilidad necesaria para el registro de su obra. Un justo premio a su genialidad artística y a su inclaudicable obstinación de no prostituirse jamás ni en una sola corchea.

Su producción, no obstante, ha sido muy escasa. Hermeto pertenece a esa clase de artistas que crean adicción; esos músicos a los que nos gustaría verle editar, por lo menos, un disco cada doce meses. Pues bien, nada de eso. Nuestro apetito de locura creativa deberá conformarse con una dosis cada tres o cuatro años. Pero bien valen la pena y la espera. Los diamantes tallados por este duende son garantía de placer inagotable.


Discografía Básica de Hermeto Pascoal

- A Música Livre de Hermeto Paschoal / Philips, 1973

Además del error en su apellido, el título del disco revela los enormes prejuicios de la compañia hacia la música de Pascoal y sus desesperados intentos por clasificarla de alguna manera. No obstante, la producción fue generosa y Hermeto pudo contar con una orquesta, siendo éste uno de los pocos álbumes en donde puede apreciarse su talento como arreglador de cuerdas. Mención especial merecen los temas Sereiarei, con su partitura delirante, sus bloques de caños a la Zappa y pasajes free en los que participan por primera vez cerdos, patos, pavos y gallinas; y Gaio da Roseira, una suerte de suite con voces, improvisaciones de palabras y ensambles de garrafas (botellas sopladas). La abundancia de sobregrabaciones y, probablemente, la inexperiencia para el registro de este tipo de música, hacen que el resultado general sea un poco frío y contenido.

- Slaves Mass / Warner, 1977
Grabado en los EE.UU con producción de Airto y Flora Purim, este disco proyectó la música de Pascoal al primer plano de la opinión pública mundial.

Aunque ya había utilizado animales en trabajos anteriores, la inclusión de cerdos en el tema Misa de Esclavos (Slaves Mass) sumada a su ocurrencia de grabarlos en vivo en el estudio, obtuvieron una repercusión inesperada, otorgándole al álbum una difusión extra-musical.

Miscelánico, el registro contiene piezas como Chorinho Pra Ele, una de las más bellas melodías escritas por Hermeto (cómicamente traducido en inglés y español como "Llanto Por Él") Escucha Mi Piano, un sorprendente diálogo-improvisación entre este instrumento y su voz, y el renombradísimo Tacho.

A pesar de contar con prestigiosos músicos como Ron Carter, Alphonso Johnson y Chester Thompson, Hermeto no quedó muy conforme, ni con ellos ni con el disco.

- Zabumbê-Bum-Á / WEA, 1979
Sin duda uno de los mejores discos de su carrera, Zabumbê-Bum-Á es, además, uno de sus trabajos más "jazzísticos" y el primero registrado por un grupo que, con mínimas variaciones, lo acompañaría durante años: Itiberê Zwarg en bajo, Jovino Santos en piano y flauta, Pernambuco en percusión, Zabelê —única presencia femenina— en instrumentos varios y voz, Nenê en batería y Cacau en saxos y flauta.

Producido por el propio Hermeto, Zabumbê es el primer álbum cien por ciento Pascoal. Redondo y coherente por donde se lo mire, reune en su escaso tiempo de vinilo lo medular de la magia albina: su riqueza melódica, sus improvisaciones febriles y una exhuberancia rítmica cubriéndolo todo.

Santo Antonio; Alexandre, Marcelo e Pablo —tema del baterista con un conmovedor solo de Hermeto en unísono de clavinet y voz— el cuasi bop Susto y esa especie de himno ecológico que es Rede, son sus puntos más altos. El extraordinario desempeño de Nenê en batería se suma a sus virtudes, sin olvidarnos, claro, de la increíble Suite Paulistana, una creación solista improvisada, con Hermeto en flauta dulce, saxos, pitos, palanganas, ceniceros, mesa de cedro y cinturones (!).

- HermetoPascoal Ao Vivo / WEA, 1979
Grabado en julio de 1979 durante el Festival de Jazz de Montreux, este álbum doble es un fiel testimonio de la temperatura que alcanza su música en vivo. Con el mismo personal de Zabumbê y uno de los mejores saxofonistas brasileños, Nivaldo Ornellas, como músico invitado, Ao Vivo es un menú a la carta condimentado por extensas improvisaciones de Cacau en saxos tenor y barítono, de Hermeto, especialmente en piano y clavinet y del citado Ornellas en tenor y soprano. Las increíbles performances de Pascoal son el plato fuerte del disco, improvisando palabras como un endemoniado en Remelexo, tocando el tenor sobre el ritmo de la gente haciendo palmas (Sax e Aplausos) o cantando con su flauta la hermosa línea de Montreux, una balada compuesta en el hotel, horas antes del espectáculo.

- Cérebro Magnético / WEA, 1980
Con producción, autoría, arreglos y dibujo de tapa a cargo de Pascoal, Cérebro Magnético no es un disco de grupo sino solista, con algunos miembros de su banda en calidad de invitados. Consecuentemente, la mayoría de los instrumentos fueron tocados por Hermeto y sobregrabados, exceptuando los pasajes de batería a cargo de Alfredo Dias Gomes y contadas intervenciones de Jovino en piano e Itiberê en bajo eléctrico.

Cérebro es una obra en la que prevalece un clima de intimidad e introspección y muchas de sus breves composiciones son pequeñas obras maestras, como el hipnótico Música das Nuvens e do Chão, el sereno Festa na Lua, a puro cavaquinho y voz, o Banda Encarnacão, un tema armonizado para doce saxos, seis tenores y seis sopranos, todos ejecutados por Hermeto.

Un detalle curioso: no hay animales en este disco.

- Hermeto Pascoal & Grupo / Som da Gente, 1982
Disco inaugural en muchos sentidos, Hermeto Pascoal & Grupo es su primera edición para un sello independiente y pionera en una modalidad vigente hasta nuestros días: incluir al "grupo" en tapa junto a su apellido.

Con algunos cambios en su formación —Carlos Malta reemplazando a Cacau en saxos y Marcio Bahia a Nenê en batería— Hermeto concibió esta obra en uno de los picos creativos de su carrera. Resuelto a innovar profundamente, incorporó al material escrito los delirios sonoros que formaban parte de su caudal expresivo individual. Corriéndolos del efectismo y la anécdota, logró un equilibrio admirable en el que cada faceta se explora a sí misma, creando su propio contexto. Un buen ejemplo de esta dinámica es el tema Magimani Sagei, construido en torno a la tonalidad y las frases rítmicas sugeridas por ladridos de perros (a cargo del rol zoológico en esta oportunidad).

La compleja Série de Arco, el aire circense-procesional de Novena, la textura tímbrica de Cores y el empuje rítmico de A Taça —con un imaginativo solo en un piano preparado con hojas de diario— configuran el retrato de un disco excepcional.

- Lagoa da Canoa, Município de Arapiraca / Som da Gente, 1984
Más sencillo rítmicamente, un poco conservador y quizás algo previsible por momentos, Lagoa da Canoa es solamente un buen disco si lo comparamos con su antecesor. Paradojalmente, la genialidad de Hermeto lo convierte en una joya si lo separamos del conjunto de su obra y lo analizamos tema por tema. La impactante línea de Aquela Coisa, o el júbilo incontrolable de Frevo en Maceió —uno de los temas elegidos por Hermeto para salir a tocar a la vereda durante sus espectáculos— son, por sólo poner dos ejemplos, una clara muestra de sus potencialidades.

En este disco, además, están los célebres Tiruliruli y Vai Mais, Garotinho, dos fragmentos de transmisiones radiofónicas de futbol armonizadas por Hermeto en teclados. Como su nombre lo indica, Papagaio Alegre cubre la cuota de animalidad requerida, y Santa Catarina, una extensa melodía con su intro en forma de relato autobiográfico, hará llorar de belleza a los que aún no convirtieron sus corazones en piedra.

- Brasil Universo / Som da Gente, 1986
Denso, complejo y algo místico —si es que algún disco de Hermeto puede quedar afuera de esta última categoría— Brasil Universo fue grabado en noviembre de 1985, durante el receso de dos exitosas giras europeas y en uno de los momentos de mayor popularidad del grupo.

La dosis "tradicional" está cubierta por el chorinho Salve, Copinha! y un salvaje forró sanfonado llamado O Tocador quer beber. Hay también pasajes más jazzísticos en Surpresa —con un excelente solo de piano de Jovino— y en ese aire ligeramente "Miles" al inicio de Era Pra Ser e Não Foi.

Una de las novedades de esta álbum es la inclusión de una voz femenina como instrumento solista —una constante en la música de Hermeto de aquí en más— representada en el tema Peixinho por la cantante Jane Duboc.

Probablemente, el carácter transicional de este disco esté marcado por Arapuá, una composición intrincada, plagada de ostinatos y frases cruzadas, en la que Hermeto toca un solo de cuerno de buey que suena como el lamento de un borracho cósmico. No hay presencia animal en este disco, a menos que se quieran interpretar como una evolución de ese concepto las voces de niños que pueblan el tema Crianças (cuida de lá).

- So Não Toca Quem Não Quer / Som da Gente, 1987
La línea autoral que comenzaba a insinuarse en Brasil Universo se manifiesta con más fuerza en este disco. Un álbum en el que la mayoría de las composiciones suenan densas, provistas de una fuerte tensión interior.

Exceptuando los temas basados en ritmos tradicionales de frevo y forró —De Sábado Prá Dominguinhos o Rebuliço— la música de Pascoal parece haber abandonado la fluidez de otros tiempos para dar paso a una escritura más apretada, que forma complejos laberintos melódicos sobre bases obstinadas.

La voz de Silvana Malta danza en ocho de los doce temas de este disco en el que tambien participan como invitados el acordeonista Dominguinhos y el guitarrista Rafael Rabello. Burros y enjambres de abejas encarnan el aluvión zoológico caraterístico.

Algunas baladas, como la bellísima Canção da Tarde, con un Hermeto profundo y nostálgico en flugelhorn, escapan dulcemente de la atmósfera crispante.

- Festa dos Deuses / Philips, 1992
Festa dos Deuses marca el regreso de Hermeto a las grandes compañias discográficas y reune sesenta y dos minutos de múltiples manifestaciones pascoalenses.

Con un gallo cacareando sus primeras notas, el álbum transcurre entre el frenesí rítmico de Viajando Pelo Brasil, el viaje lírico de Cançao no Paiol em Curitiba —con una maravillosa intervención vocal de Luciana Souza, su nueva cantante— y un curioso arreglo de Round Midnight, de Thelonious Monk, delineando un panorama coherente dentro de su eclecticismo.

Música concreta de filiación zoológica puede escucharse en Cuando as Aves se Encontram, Nasce o Som, en donde Hermeto armoniza y contrapuntea en los teclados un collage de cantos de pájaros grabados, o en Fazenda Nova, con su riff armado a partir de... cerdos (que a esta altura ya son como de la familia).

Con el nombre de Som da Aura, Pascoal presenta un desarrollo más sofisticado en la armonización y el acompañamiento melódico de voces grabadas, que esta vez tienen como protagonista al mismísimo Collor de Mello en el tema Pensamento Positivo.

- Hermeto Pascoal/Pau Brasil / Tom Brasil, 1995
Grabado en vivo en el SESC, Pompeia de San Pablo, este disco presenta a Hermeto con una nueva banda en la que Bruno Cardoso reemplaza a Jovino en piano y Vinicius Dorim a Carlos Malta en saxos y flautas.

Dos temas nuevos —Mezclando y Harmonía sem Cronología— y nuevas versiones de Viajando pelo Brasil y Rainha da Pedra Azul (de Festa Dos Deuses) integran el repertorio.
A través de un concierto que concilia el éxtasis con la exhuberancia, Hermeto parece regresar a sus propias raices musicales: el trance, la percusión de color selvático y esa llevada melódica que era habitual en tiempos de Zabumbê.

El CD está compartido con un show del grupo instrumental Pau Brasil y forma parte de una caja con diez discos que el sello Tom Brasil editó bajo el nombre de Brasil Musical, Música Viva.

Spinetta en el Parque Chacabuco

Vas a iluminar el parque

"Si necesitamos ayuda no es en cuestión de métodos, sino en cuestión de énfasis." Carlos Castaneda

El Flaco under a Purple Haze...Cruzando enormes grietas y canales portadores de quién sabe qué desechos; tropezando con todo tipo de obstáculos; superando improvisados puentes y alambradas rotas, los peregrinos Ilegaron a la cita.

Nada podía detenerlos.

"Está el flaco en el Parque Chacabuco" había sido la consigna que, boca a boca y en pocos segundos, atravesó Buenos Aires con más rapidez que cualquier información oficial, inflamando los corazones puros de los sedientos de arte.

Sobre los cansados restos de lo que alguna vez fue un campo municipal para la práctica del atletismo, se erguía el santuario. Poca cosa es necesaria cuando el amor es urgente. Y un poco de madera y algunos caños asentados en el barro resultaron suficientes para albergar la humildad de los milagros ciertos.

Pasó casi un año desde que se empezó a hablar de su "vuelta". Por ese entonces, buena parte de la prensa colaboró en reforzar las estrategias de marketing que querían capitalizar sus actuaciones dándoles un aire de "regreso heroico"; como si las únicas coordenadas para la existencia de un artista fueran el estado público.

Spinetta no volvió de ninguna parte. No puede irse quien está siempre presente, ni regresar quien nunca se ha marchado. El flaco no retorna del exilio. Simplemente, resurge de sí mismo siguiendo un flujo natural de crecimiento en el que emerger es un estado tan genuino y necesario como sumergirse. Es por eso que a pesar de su éxito y su enorme potencial de ventas, su presencia sigue resultando irritante para los mercaderes. Porque el accionar artístico de tipos íntegros como él sigue una lógica interna que es inmune e indiferente a los requerimientos del mercado.

Su sueño de ayer es el sueño de hoy.

Y en este presente, el pelo rojo dejó de ser un presagio para convertirse en el símbolo de una combustión permanente. El fuego prometéico que calienta a esa comunidad reunida ritualmente en torno a un mito.

Y el mito no es Spinetta, por supuesto, sino nosotros mismos. Luis sabe que este ritual de celebración lo trasciende enteramente. Él es sólo un músico con la capacidad de conjurar la poderosa energía arquetípica que nos pone en contacto con la vida y sus elocuentes misterios; con las utopías que son, en realidad, las certezas que anidan en nuestro inconsciente; un artista que nos conecta con la conmovedora "razón de ser que nos ha puesto piel en la eternidad".

La llave de este mandala existencial es la música, claro.

Decidida, la sociedad de Luis visita fugazmente la hidrofobia de los peces muertos... Un nuevo mito, ahora el del eterno retorno, lo impulsa a rescatar aquella electricidad salvaje y utilizarla como una espada flamígera que redime nuestra sombría argentinidad, sacudiéndola con sus descargas.

Marcelo Torres y Daniel Wirtz son la sangre y los músculos de la vigorosa identidad del trío. Spinetta es el rayo, el destello que ilumina el laberinto del tiempo; el minotauro eléctrico que desata la fuerza de los instintos para recrearla en una ceremonia en la que convergen el pasado y el futuro.

A través de una suerte de alquimia contemporánea que integra riquezas de todos los tiempos, Spinetta y sus socios se internan en una búsqueda cuya piedra filosofal es la quintaesencia del espíritu hendrixiano. Más cercanos al periodo "Experience" en temas como "Nasty people" o "Cheques"; más próximos a "Band of Gypsys" en el swing descomunal de "Olas".

Pero estos comentarios son apenas una digresión, una excusa que me permite incluir, en una revista de música, algo que va más allá de la música misma. Porque lo crucial es que Luis Alberto Spinetta logró convertir un concierto en una experiencia suprema que revitaliza la fe en nosotros mismos.

A diferencia de Stravinsky y su rito pagano, Spinetta consagró la primavera mediante una vivencia comunitaria que consigue integrar lo sagrado y lo profano...

"... A veces hay que ser duros, pero sólo a veces. Lo principal es la paz en el corazón..."

Su sueño de ayer es el sueño de hoy.

Y aquellos conciertos del año ’73 en "la carpa", aquella "Semana de Pescado Rabioso" escuchada muchas veces sin un mango desde atrás de la puerta del teatro Olimpia, son ahora el abrazo que muchos padres brindaron a sus chicos en el parque la noche del domingo; son los besos descarados de decenas de adolescentes que buscan, apasionada y desesperadamente, un país-hogar que los ame como sus hijos.

"Vivir es emocionante" dijo alguna vez un personaje de Kurosawa. Tan emocionante como ver a estos socios del desierto convertir en vergel un páramo, gracias a la sabiduría insurgente de quien supo florecer echando sus raíces en suelo árido.

El sueño de ayer es el sueño de hoy.

Vamos, abrí tu boca, abrí tu corazón, dejá que entre todo Spinetta.